Última actualización 18 agosto, 2023
Un poema es una obra de poesía, generalmente desarrollada en verso. Es decir, semejante creación suele estar la mayoría de las veces sujeta a los recursos clásicos de métrica, ritmo y rima. No hay que dejar de lado que también existen poemas en prosa.
Siempre es emocionante escribir poemas: son construcciones sentimentales, que por lo general están dirigidas a una persona muy particular. A continuación, presentamos una guía práctica para despertar la creatividad poética: cómo hacer un poema en simples pasos.
Encuentra tu inspiración
Quizás este primer paso sea el más etéreo, el que menos se pueda enseñar. Sí, encontrar la inspiración siempre es algo indispensable, porque hacer un poema nunca puede ser algo mecánico, una simple reproducción de modelos ya hechos. Por lo tanto, necesitamos de la inspiración.
¿Y cómo podemos hacernos con semejante inspiración? A veces una realidad nos introduce en ella, incluso una de tipo amargo. Aquí podemos pensar tanto en un enamoramiento como en una ruptura sentimental. También la muerte de un ser querido y su crecimiento. El cambio de etapas en la vida como el logro de un objetivo estudiantil. Es decir, hechos importantes en la vida se nos imponen y simplemente traen la creatividad hacia nosotros.
Sin embargo, no es el único motivo. A veces la inspiración viene sola o con sucesos más triviales. Una canción que nos emociona, una escena de la vida cotidiana o un simple pensamiento de lo más espontáneo en nuestro ser. La inspiración, entonces, nos da una temática: el amor, el destino, el desamor, la dignidad, el respeto, lo cotidiano, la vida, la muerte, la amistad, entre un sinnúmero de otras temáticas.
Elige un estilo y estructura
Pero la temática o el contenido no lo es todo: el mismo se tiene que desarrollar en una estructura. Ya dijimos que existen tanto poemas en prosa como en verso. Entonces se pueden elegir diferentes formas poéticas según nuestras necesidades y gustos: verso libre, soneto, dístico, etc.
Aquí recomendamos, sobre todo para aquellos que son principiantes, lo que se denomina el verso libre. Y que ese verso libre, en lo posible, se desarrolle en una estructura corta, lo cual hace que podamos controlar de mejor manera el verso. Cuando caemos en el ritmo, la concatenación de las palabras no es siempre sencilla, lo que nos puede retrasar en cuanto a la producción: escoger esa palabra que justo entone con la totalidad. Existen también formas poéticas cortas como el haiku, la quintilla o el caligrama.
Juega con las palabras y las imágenes
Podemos jugar en la poesía tanto con las palabras como con las imágenes. Típicos juegos de palabras son la metáforas, las metonimias, las sinécdoques o cualquier otro recurso retórico que encontremos. Por ejemplo, tomar la parte por el todo: «y en mis acciones solo había dignidad y amor» o realizar desplazamientos de sentido: «sus ojos eran dos perlas que iluminaban el sentido de mi vida». Es importante recalcar que el juego de palabras enriquece al poema y también gusta a cualquiera que lo lea.
Otro tanto es el juego de imágenes. Podemos utilizar descripciones abstractas, aunque un poema sentido tiene más concretas. Cosas, personas y lugares adquieren naturaleza a partir de los cinco sentidos: olfato, tacto, gusto, visión y oído. Un ejemplo: en vez de decir «me siento feliz», podemos usar «mi alma se iluminó como una llama poderosa».
Expresa tus emociones y pensamientos
Un poema es por definición un género subjetivo, por lo tanto hacemos bien en hablar de nuestros sentimientos y emociones. Aquí la abstracción, la objetividad que se ve en el uso de la tercera persona y el desapego no sirven tanto. Tenemos que ser parte de nuestro poema, para así nuestros lectores reconozcan las vibraciones de nuestra alma.
La tristeza, la felicidad, el odio, el temor, la amistad, el amor, entre tantos otros tópicos, deben desarrollarse de manera emotiva. No queremos un tratado de las emociones, tampoco una descripción abstracta de un lugar. El sentir es vital, entonces, en un poema. Con esto no queremos decir que algo de imparcialidad o frialdad sean excluidas: pero nunca serán lo medular del poema.
Revisa y edita tu poema
A la hora de escribir un poema, cuidando de la ortografía, el verso y evitando los clichés, la revisión es muy importante. Cuando sentimos que lo hemos concluido (en su totalidad o en fragmentos) debemos verificar que esté en lo correcto. Y no desde un punto de vista solo ortográfico y gramatical, sino también desde aquel en lo tocante a lograr el objetivo: comunicar ciertos sentimientos y emociones, de las más variadas.
Es importante a la hora de terminar un poema (y también durante su realización) pensar en a quién va dirigido. Un poema romántico hacia una amada no es lo mismo que uno que hable sobre la muerte; un poema dedicado a la amistad no es lo mismo de uno que simplemente vaya dirigido a cualquier persona porque describe un recuerdo de infancia o un monumento histórico. Esto, por supuesto, es otro aspecto a tener en cuenta a la hora de revisar nuestro poema.
Comparte tu poema
Compartir nuestro poema puede ser un objetivo primordial. Sí, aquí podemos anticiparnos a la objeción del lector: si es un poema romántico declarando el amor a una persona no vamos a querer que otra persona lo lea. Quizás sí, quizás no; pero si se puede siempre es bienvenida la retroalimentación de otras personas.
El punto de vista de otras personas pone todo en perspectiva: quizás abusamos de palabras difíciles, tal vez no se entiende lo que queremos decir o el poema es demasiado largo. O también puede ser tan corto que necesite un esfuerzo muy grande el lector para entenderlo. Sin lugar a dudas, el examen de otras personas es positivo para que nuestro poema sea un producto más acabado.
Leerlo a otros en voz alta, permitir que otros lo lean en su privacidad y también nosotros leerlo todas las veces que sea necesario. Un poema no tiene que ser, lo repetimos nuevamente, una producción mecánica ni rápida. El lector puede corregirlo las veces que quiera hasta que se sienta satisfecho.
Ejemplos de poemas originales
Poema 1
En el cielo estrellado brilla con esplendor, una luz que ilumina mi noche de amor, cada destello tuyo es un suspiro en mí, un poema silencioso que solo entiendes tú y yo.
Poema 2
Bajo el sol dorado danzan las flores, un ballet de colores, fragancias y amores, la naturaleza canta su eterna canción, un poema sin palabras, pura emoción.
Poema 3
Mar en calma, reflejo de serenidad, olas susurran secretos en su caminar, un poema salado que la brisa lleva, historias de navegantes y su añoranza breve.
Poema 4
En la ciudad bulliciosa, tráfico y ruido, encuentro un rincón de paz, escondido, un banco solitario bajo un árbol amigo, un poema de tranquilidad en medio del abrigo.
Poema 5
Lunas gemelas en el cielo nocturno, miradas cómplices desde lo más hondo, un poema en el espacio, un baile celestial, dos almas unidas en un amor astral.
Poema 6
Montañas majestuosas tocan el cielo, testigos silenciosos de un tiempo eterno, grabados en sus rocas, historias de antaño, un poema geológico que sigue en su empeño.
Poema 7
Ríos que serpentean por valles y llanos, llevando consigo sueños y desengaños, un poema líquido que fluye sin cesar, la vida misma en su constante cambiar.
Poema 8
En el crepúsculo dorado, el sol se esconde, el horizonte se tiñe de colores, responde, un poema visual que el día despide, bienvenida la noche, con sus misterios amplios.
Poema 9
Bajo techos de hojas, el bosque murmura, susurros de criaturas en su danza segura, un poema verde escrito en hojas y ramas, la naturaleza habla en susurros y llamas.
Poema 10
En el corazón humano, emociones danzan, alegría, tristeza, amor y esperanzas, un poema viviente que late con pasión, la historia de cada ser, única creación.